El núcleo histórico de Albal, como el de tantos pueblos de l’Horta de València, está conformado por viviendas de una misma tipología: edificios de dos plantas con cubierta a dos aguas y un gran patio trasero con un establo en el fondo. Las dimensiones de las viviendas pueden varias, siendo a dos manos – con el acceso en el centro y habitaciones a ambos lados – o a una mano – con el acceso en un extremo y una única habitación al otro – pero se respeta este mismo esquema.
Justo frente a nuestro estudio encontramos el final del núcleo histórico del pueblo, donde sigue prevaleciendo este tipo de viviendas, fruto de una forma de entender el habitar propia de nuestro entorno hasta bien entrado el siglo XX. En estas viviendas era habitual combinar la zona de vida en la planta baja de la vivienda, con una zona de almacenaje de productos de campo en la «andana», además del establo trasero.
La actuación planteada busca adaptar la antigua vivienda a los nuevos modos de vida. Con un criterio de mínima intervención y a través del trabajo con los clientes, una familia del pueblo, se decide situar el programa de día en planta baja y las habitaciones en la parte superior.
Una de las premisas que se siguen a la hora de abordar el proyecto es respetar el volumen original de la vivienda y, con ello, sus forjados. Por este motivo, se decide que la tabiquería interior que divide los espacios no interrumpa el forjado, manteniendo el plano visible en planta baja y respetando la visual de la cubierta a dos aguas por completo en la segunda planta.